El atrevimiento de la ignorancia

A todos nos pasa, empezamos a aprender algo y creemos que ya lo dominamos, somos unos genios y ya nos comparamos con los profesionales y sentimos que tenemos todas las respuestas.

Luego descubrimos que no es cierto, si nos mantenemos estudiando nos damos cuenta de que las cosas son más complejas y difíciles de lo que parecen, si lo abandonamos nos quedamos con la creencia de que sabemos y que somos buenos, una creencia equivocada.

¿Y por qué ocurre esto? Curiosamente es un ajuste evolutivo que nos ayuda, en la naturaleza no tenemos nunca toda la información, tenemos que llenar los huecos con información, oyes un ruido nuevo y tienes que pensar rápido que hacer o puedes ser devorado, así que te imaginas un depredador, tal vez solo es el viento, pero es mejor no correr el riesgo. Así que cuando aprendemos usamos ese mecanismo, y nuestro cerebro imagina y llena los detalles. Un ejemplo muy claro es cuando aprendemos un idioma, si lees algo en el nuevo idioma en tu cerebro es fácil y entendible, pero cuando lo lees en voz alta parece un trabalenguas.

Por eso estamos llenos de opinólogos y de expertos en todo, que lo mismo saben como dirigir a la selección nacional que como dirigir el país, y que creen que todos están mal menos ellos mismos.

Hay un dicho: mientras más sé, más me doy cuenta de lo que ignoro. NEcesitamos hacer ejercicio de humildad y conocer nuestras limitaciones si queremos superarlas, es decir, creer que sabemos todo nos mantiene en la ignorancia y nos hace tomar decisiones equivocadas, e incluso peligrosas, como ya ha pasado con los que creyendo que el coronavirus no es tan malo, pueden reunirse y hacer fiestas, y terminaron matando a varios asistentes por esa creencia.

Y no es que una creencia sea mala, las creencias de los judios les hacían tener mejor higiene durante la edad media y eso les protegió de las plagas, el problema es cuando esas creencias chocan con la realidad y en nuestro autoengaño asumimos que la realidad es la que esta mal y no nuestras ideas, es un error clásico de los investigadores intentar ajustar la realidad a sus modelos y no al revés. De hecho es un fenomeno cultural como muchos hombres intentan explicar a expertas cosas de sus campos al asumir que saben más que ellas, pero eso tiene otras connotaciones que podemos abordar luego.

Y peor, tendemos mucho a intentar aceptar solo lo que apoya nuestra creencia, descartando lo que la contradiga sin importar el nivel de evidencia, y de hecho cuanto más inteligentes somos, caemos más en ese sesgo por creer precisamente que somos inmunes a ese error.

En fin, la próxima vez que quieras opinar primero pregúntate ¿De verdad sé de lo que estoy hablando? ¿Estoy pretendiendo saber más que los expertos en la materia? ¿Si me presentan ideas opuestas estoy dispuesto a ver si son correctas?